lunes, 1 de abril de 2013

Una docena! (Tartas aniversario de boda)

Hoy hace doce años que un amigo me presentó al padre de mis hijos. Han pasado sin casi darnos ni cuenta. Diecinueve añitos que teníamos y ahora ya somos unos treintañeros padres de dos niños. Pero a la vez hoy también hace 6 años que nos casamos. Cuando decidimos casarnos me hizo ilusión poder casarnos el mismo día que nos conocimos ya que ese año además caía en sábado igual que cuando nos conocimos por lo que todo el mundo se quedó parado cuando les dijimos que nos casábamos en 4 meses (mucha gente me preguntaba si es que estaba embarazada!).

Para celebrarlo he hecho una tarta que fuese bonita pero sin fondant y gracias a mi amado pinterest encontré una idea: bizcocho recubierto de ganaché de chocolate con un enrejado de chocolate blanco. Y le puse una fresa bañada en chocolate por cada año de casados. La idea principal era poner 12 fresas bañadas en chocolate por los años que llevábamos juntos diferenciando 6 de chocolate negro y 6 de blanco diferenciando así los 6 años de novios y los 6 de casados. Pero el pastel era muy pequeño (porque para nosotros dos solos ya era demasiado grande) y solo me cabían 6 así que se quedaron los de aniversario de boda.
Y aquí la tenéis:



En este enlace (está en inglés) podéis ver como se hace el enrejado de chocolate. Es muy sencillo solo tenéis que derretir el chocolate un poco en el microondas y sacarlo antes de que se derrita del todo para que no se sobrecaliente y acabar de derretirlo con su mismo calor dándole vueltas con una cuchara y ponerlo en una manga pastelera. En un papel de horno se dibuja el enrejado de manera que no queden partes separadas (calculando primero la parte que te hace falta para recubrir la zona que quieres) y se deja enfriar. Está listo para usar antes de que endurezca del todo (o sea que este seco pero aun moldeable para poder amoldarlo al pastel redondo o a girar las esquinas del cuadrado). Yo no tengo mucha paciencia y lo metí en la nevera (porque además eran las 4 de la mañana cuando me puse a hacerlo, cosas de mi insomnio) no sabía el punto exacto al que se refería e iba probando y se me iba partiendo o doblando las partes altas. Al final calculo que estuvo unos 20-30 minutos en la nevera. Cuando está en el punto ideal se desengancha fácil del papel de horno sin perder la forma pero sin que esté seco y duro del todo.

Y además de la tarta le hice un detallito de esos que a veces son los que más cuentan (por lo menos en mi caso).
Nosotros nos conocimos por cosas del destino que nos hizo cruzarnos en nuestros caminos, todo gracias a un amigo que conocí por internet en un chat. Cosas de la vida moderna! Y quien me iba a decir a mi aquel día que tendría dos hijos con él... Así que le hice todo esto en un resumen:


Lo malo de este regalo es que me hacía falta su mano en pintura la primera de todas pero por lo menos no tenía ni idea de para qué era. Y luego tuve una idea muy bonita con los colores pero que en el resultado final no me quedó bien del todo. La idea era que de su mano negra y  la mia blanca se mezclaban y salían dos tonalidades de grises pero la del pequeño tendría que haber sido más gris claro (tirando a blanco manchado) para que destacase más sobre la de Axel. Quizas hecho con otros colores hubiese sido más claro. Pero bueno, la parte sentimental es la misma y le encantó.

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