Estas vacaciones de navidad me decidí a hacer un espejo en esquina para trabar las simetrías al estilo de la pedagogía Reggio Emilia para el área matemática: formas, simetría, ángulos, multiplicación de la imagen, patrones, rotación,...
En un grupo de facebook me dieron la idea de hacerlo con una caja y espejos. Yo tenía en casa unos espejos pequeños de Ikea que compré hace años para engancharlos en la pared en la mesa de juego de Axel. Una vez que pintamos los saqué y se me llevaron parte del yeso de la pared con el velcro que pusimos así que no volvimos a ponerlos y llevaban años guardados en un rincón de casa.
Primero con un secador quité los velcros del cristal y acto seguido me fui a un bazar a comprar una caja de cartón de la altura de mis espejos.
A continuación puse un espejo en la parte inferior y uno en cada esquina y los marqué con lápiz. Los retiré y con un cúter corté por la zona marcada.
Como la caja que encontré tenía un estampado que no me gustaba nada ni para mis hijos ni para mi le pegué por fuera unas hojas de papel de scrap que tenía por casa.
Los bordes como estaban cortados los tapé con cinta adhesiva de color y en el interior pegué los espejos con celo de doble cara. Y listo! Ya tenemos espejo en esquina listo para usar.
Como tengo 2 peques decidí hacer dos iguales, por eso compré la caja muy grande y rectangular en lugar de cuadrada, para poder tener 2 esquinas útiles.
El problema es que yo tenía 4 espejos que son los que venían en el paquete. Me dí una excursión a Ikea y ya no los hay iguales así que me volví sin poder comprar espejos para acabar el segundo. Hay otro modelo pero son más grandes y las esquinas no son redondeadas (podéis verlo aquí).
Pero aún así podemos aprovechar el espejo que quedaba para encajar uno encima del otro y hacer esta versión de salas de espejos.
Si consiguiésemos un espejo igual podríamos cerrar el cubo entero.
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